Estoy viva
Vivo cada día,
sintiéndo que en mis venas corre gratitud por este vivir que
me envuelve.
Vivo y respiro,¡qué asombro!
Miran mis ojos lo
bello y lo horrendo y mis manos a uno
acarician y a otro, Dios
quiera, ponen remedio.
Vivo y me comprometo con el vivir que
nunca se cansa, y si lo hace, lo
acepta, y confía, con el vivir que
todo acoge, que se come el
rencor para despacharlo, que cree en la
humildad y lo sencillo, en los abrazos de
la vida y los desengaños; a veces se
enardece y otras se doblega.
Vivo y me lleno de
ganas y río. Es dicha vivir y conocerte y tenerte conmigo. Y te hablo a ti, y
a ti, y aquel.
Si algún día, ¡Dios mío
escúchame!, me concedes el don
de llenar mi rostro de surcos y arrugas…entonces,
seguiré levantándome
pronta, como quien baila
feliz con el amor
imaginado. Agarrando mi Vida
con las manos, pareja de baile que
aún me resiste y a la que me entrego. Y en la mañana respirar, oler, cerrar
los ojos, dejar que lleguen a
mí viento, sol,
lluvia, amor venido de mil
costados, comer pan y tomate, beber las lágrimas
de los niños (no me lloren más). Acunar, cuidar,
besar, pedir perdón.
Me comprometo, hoy y entonces, a llenar mis días, dándome y recibiéndome, ¡qué oportunidad!. Feliz de decir,
estoy
viva.