CENIT
Yo no seré yo, muerte,
hasta que tú te unas con mi vida
y me completes así todo;
hasta que mi mitad de luz se cierre
con mi mitad de sombra
-y sea yo equilibrio eterno
en la mente del mundo:
unas veces, mi medio yo, radiante;
otras, mi otro medio yo, en olvido-.
Yo no seré yo, muerte,
hasta que tú, en tu turno, vistas
de huesos pálidos mi alma.
EN ISLA NUESTRA
Y estar muerto es estar con uno mismo, con uno
solo; y olvidarse inmensamente de la vida esta y
sumirse profundo en uno uno, hasta quedar lejano
(inmensamente) del contorno, en el contorno duro,
insensible, quieto, fijo.
Pero dentro será el mundo infinito, más grande
que éste, porque tendremos en nosotros, con el acos-
tumbrarnos a lo hondo, el fin y el centro, lo único,
dioses de lo aislado en secreta isla nuestra.