jueves, 16 de mayo de 2013

Dar Cera / Pulir Cera





                                               


  "Hay un espíritu en los seres humanos que busca la pureza, y este espíritu puede revelarse iconoclasta. Es un impulso que ha aparecido en la mayoría de las religiones, como ocurrió en el siglo XV cuando el monje Savonarola incitó a la gente a que destruyera los libros y las obras de arte en una particular hoguera de las vanidades. También se manifestó en el comunismo, en las empresas que no quieren imágenes en el lugar de trabajo, en la estética de algunos arquitectos...Asimismo, puede aparecer en la vida de cualquier persona como una fascinación pasajera o como una filosofía de vida. Tal vez responda a una mente que desea verse libre del cuerpo, a un espíritu que desea liberarse del alma, a un pensamiento que quiere escapar del corazón. Dado que, como nos enseñan los antiguos, el alma nos convierte en humanos, este espíritu puede llegar a convertirse en una fuerza deshumanizante, que busca verse aliviada del peso de la humanidad a través de la pureza y la santurronería.

 Para rencontrarnos con la magia quizás tengamos que aprender a apreciar una espiritualidad más modesta y una aproximación más humilde a la vida cotidiana. La perfección y la pureza no son las metas de una vida que se centra en el alma. El alma ansía placeres normales, la profundidad en los sentimientos y las relaciones, el deleite mundano, que no es enemigo de la práctica espiritual, una escala humana en la cultura, y una exposición a la magia que yace justo debajo de la superficie de las cosas más comunes.

 El alma, necesariamente, va acompañada de la imperfección, la impureza, la mundanalidad, la mediocridad y la humanidad. Una vez asumida esta desafortunada condición, abrazaremos la magia, el arte de una forma íntima y entusiasta, y lo veremos no como una amenaza a nuestra inteligencia y virtud sino como un instrumento para el reconocimiento del alma."



                        El placer de cada día de THOMAS MOORE. Ediciones B





 Yo soy el camino, la verdad y la vida...Nadie llega al Padre sino es a través de el Hijo...Porque es necesario volver a nacer en Agua y en Espíritu.


                                                   Palabras de Jesús según el Evangelio de Juan 

                                                                        



  Cuando practicaba deporte de competición me hacían repetir todos los días una y otra vez los mismos ejercicios. En casi veinte años de profesión...miles de personas...una y otra vez los mismos síntomas, las mismas emociones, las mismas técnicas. 


  El transcurrir del tiempo y la práctica me ha traído muchos "presentes".
 Ser consciente de la relación íntima entre repetición y Eso que "de repente" y "como un fogonazo" fluye a través de mi cuerpo, desde lo más denso -huesos- a lo más sutil         -emociones y pensamientos-, en un tiempo que es el instante absoluto.  Vislumbrar que la sabiduría del Alma se recuerda pero también se genera. Tener presente que aunque crea saber los porqués de mis acciones...no sé...pero no me importa porque "me fío" de "mis sensaciones". Sentir un infinito agradecimiento hacia aquellas personas y situaciones que me han guiado hasta este presente. Intuir que...quizás...todos somos escultores del Alma y..."marionetas" del Espíritu.




 RSB