jueves, 4 de abril de 2013

Up is Down







 "A lo largo de los años he examinado muchas teorías sobre los sueños, desde Freud a Fritz Perls, C.G. Jung y James Hillman, y, me veo más influenciado por Hillman. El describe el centro de los sueños como un mundo relacionado pero independiente de nuestro reino de experiencia cotidiana, y dice que nos toca a nosotros familiarizarnos con los valores y expresiones de ese mundo. Nos aconseja que no forcemos la interpretación del submundo de los sueños. En su opinión, no hay necesidad de adoptar una postura heroica y conquistar el sueño, "romper" el código y explotarlo como una manera de mejorar la vida personal. Por el contrario, los sueños nos invitan a un lugar donde los valores y los hechos son similares, pero al mismo tiempo diferentes, a aquellos de la vida de la conciencia. El alma encuentra su hogar en aquel lugar tan profundo, pero para la conciencia éste a menudo resulta demasiado oscuro y tenebroso. Nos sentimos tentados a iluminar los rincones con la luz de la comprensión, pero también podemos tratar nuestros sueños como altares iniciáticos, donde las actitudes pueden ser profundizadas y las perspectivas ampliadas.

 Ficino defiende que los objetos de arte son cebos que atraen a ciertos espíritus, y son contenedores de éstos. Nuestra tarea no es explicar las imágenes, sino exponernos a ellas y dejar que afecten a nuestros pensamientos y emociones. Las imágenes son misteriosas por necesidad. Nos invitan a disfrutar de una vida mientras el misterio traspasa el nivel de nuestros pensamientos y experiencias. Hillman sugiere que no debemos tratar las imágenes como si éstas fuesen una ayuda psicológica para lograr una vida más sana. Una actitud reverente hacia la vida es más importante que vivirla de una manera correcta, exitosa o saludable.

 La idea de que el auténtico propósito de la vida es alcanzar un mayor nivel de conciencia se halla enraizada en el pensamiento moderno...Si nos ocupáramos de nuestros sueños, quizá viviríamos de una forma más profunda, nos conoceríamos mejor a nosotros mismos sin la obligación de entendernos y apreciaríamos mejor los muchos misterios que nos rodean en la vida...Las puertas se abren en el momento en que, por fin, renunciamos al proyecto de hacer de nosotros mismos seres ilustrados. Como dice Shunryu Suzuki Roshi: "Cuando una rana se convierte en rana, el zen se convierte en zen. Cuando usted comprende a la rana a fondo, alcanza la iluminación; usted es Buda. Y también es bueno para los demás: marido o esposa, hijo o hija." La comprensión de la que habla Roshi no tiene nada que ver con el análisis biológico. Lo mismo se puede decir de los sueños: a medida que nos educamos en el respeto al sueño en sí, descubrimos nuestra naturaleza más interior y más exterior.

 Yo puedo verme afectado por la mera observación del sueño: mientras se lo cuento a mi esposa, lo recuerdo durante el día, lo escribo en mi diario personal o lo rememoro al cabo de muchos días, meses o años. Mi sueño es una insinuación de mi misterio interior, no es una solución a mis problemas. Mis sueños son y no son yo. Me pertenecen en cierto sentido y, sin embargo, ellos son más dueños de mí de lo que soy yo de ellos. Los sueños nos muestran que podemos vivir en diferentes niveles...Los sueños nos inician a una existencia estereofónica, en sintonía con lo superficial y lo profundo, con la realidad literal y con el símbolo, con el significado y el misterio.

 El valor de los sueños reside en su poder de encantamiento, en permitirnos atisbar la vitalidad interior de los sucesos cotidianos. Si nos instalamos en el desencanto, nos sentiremos tentados de aceptar la vida tal como ésta se nos presenta, de forma literal, mientras que los sueños nos enseñan que no existe nada sin poesía y que todo tiene una razón profunda de ser.


 En la historia de Ulises hay un célebre episodio donde el héroe se encuentra con la hechicera Circe, quien lanza un hechizo sobre los compañeros de éste y los convierte en cerdos, mientras que él se ve protegido por el brebaje que le había regalado Hermes. A lo largo de los siglos este hechizo ha sido contemplado como un aviso para no caer en la ignorancia o el pecado, y el brebaje ha sido interpretado como la representación de la educación, la virtud y la fe, medios para superar la oscuridad del encantamiento. 
 Continuando con el espíritu de esta obra, quizás va siendo hora de honrar la figura de Circe y su poder para encantar, sin preocuparnos de la posibilidad de convertirnos en cerdos. Algunas veces en nuestras odiseas perdemos la racionalidad y adoptamos un punto de vista inhumano, desaparecen nuestras maneras civilizadas y el don del lenguaje.
 Homero señala que los hombres de Ulises tomaron la apariencia y la voz de los cerdos, pero sus mentes continuaron siendo humanas. A menudo, los sueños nos hacen sentir ignorantes, como los cerdos, pero no nos arrebatan nuestra inteligencia. Resisten todos nuestros esfuerzos para encontrarles un sentido, pero nos ofrecen lecciones en otro tipo de inteligencia. El poder de Circe residía en su canto, y el de los sueños en su facultad de atrapar la conciencia y lanzar un hechizo. En vez de buscar con desesperación la manera de librarnos de nuestras neurosis y la ignorancia, quizá sería mejor entregarse al encantamiento y tomarnos un descanso en esa persecución heroica del significado y el triunfo en la vida cotidiana.
 Fue Circe, la hechicera, quien dio a Ulises el regalo de la iniciación y en última instancia le permitió el regreso a la civilización."



                                                      THOMAS MOORE





 Nunca me ha gustado interpretar mis sueños pero siempre he dejado que impregnen mi vida, mi cotidianidad. Me vivo como un ser entre mundos, multidimensional y me pongo de...muy mala leche...cuando me despiertan con brusquedad o me veo obligada a permanecer en uno de ellos más o menos tiempo del que...yo... considero necesario.



 RSB