" Los espíritus del bien buscaban otro chamán para una comunidad esquimal, a fin de sustituir al anterior, que había muerto. Eligieron a un adolescente para prepararle y que pudiese cumplir ese papel. Le llevaron al mundo subterráneo y lo cortaron en trocitos, de tal manera que no le quedaron dos huesos juntos. Entonces vinieron los espíritus del mal y se comieron toda la carne de los huesos. Cuando los huesos del futuro chamán quedaron totalmente pelados y separados, volvieron los espíritus del bien y pusieron otra vez todos los huesos en su sitio (procurando no perder ninguno, para que al nuevo chamán no le faltara ninguna parte del cuerpo). Cubrieron otra vez de carne los huesos montados y le dieron la bienvenida a la tribu como nuevo chamán. Apuntaron el nombre de todos los demonios que habían roído sus huesos, ya que el nuevo chamán podía curar las enfermedades provocadas por ellos, pero no tenía poder para curar ninguna enfermedad causada por un demonio que no hubiese presenciado su descuartizamiento."
Fuente: BLOG APUNTESARTERAPIA
El demonio es el símbolo de la oscura fuerza de la psique, del depredador. El demonio es un bandido arquetípico que necesita, busca y aspira la luz. Teóricamente, si alcanzara la luz -es decir, una vida con posibilidad de amor y creatividad-, el demonio dejaría de ser el demonio.
MUJERES que corren con los lobos. CLARISSA PINKOLA ESTES.
Y si no te reconocen...¡y qué!, ya no te reconociste.
Y si te utilizan...¡y qué!, ya te vendiste.
Y si te rechazan...¡y qué!, ya te negaste.
Y si te mienten...¡y qué!, ya te mentiste.
Y si te golpean...¡y qué!, ya te maltrataste.
Y si te abandonan...¡y qué!, ya te abandonaste.
Y si te acusan de mil crímenes...¡y qué!, ya te sentiste culpable.
Y si te aíslan tras un muro de silencio...¡y qué!, ya te aislaste.
Y si te sientes sola y sin rumbo...¡y qué!, ya deambulaste sin fe y sin horizonte.
Y si te sientes débil y cansada...¡y qué!, ya te levantaste y caminaste enferma.
Y si pierdes a seres que amas...¡y qué!, ya los perdiste y continúan vivos en ti.
Y aquí sigues,
En pie.
Con un tronco más rugoso y ancho.
Con unas raíces más profundas y fuertes.
Con unas ramas más frondosas y elevadas.
Con frutos abundantes y rojos.
Y recuerdas,
que ya no tienes que tenerle miedo a todo eso (aunque sabes que la sensación permanecerá) porque ya te ayudaron a re-construirte...porque traspasaste tus propios límites y descubriste...espacios nuevos aún por explorar en los que poder expandirte.
RSB