A veces se nos olvida que somos amigos y no comida y nos entra el impulso incontrolable de "devorar a alguien". En ocasiones tenemos la suerte de tener cerca un amigo que, con un conocimiento más profundo de lo que anida en nuestro corazón, tiene la gentileza de recordárnoslo; pero en otras, estamos solos frente a nuestra ira, nuestro cansancio, nuestro "hambre", nuestros miedos, nuestras heridas...Es en esos momentos cuando es "muy socorrido" tener a mano un mantra personal que nos recuerde, ya que uno es su mejor amigo o su peor enemigo, que somos mucho más que "eso".
Lo instintivo, "lo animal", lo más conectado con nuestras necesidades primarias, con la energía del superviviente, es una fuerza poderosa que habita en nosotros y que necesita ser reconocida, abrazada y vivida (no negada, ni ignorada) pero es una fuerza que ha de ser modulada desde la cabeza, desde el corazón; ser utilizada en su justa medida y en el momento preciso sino queremos ser controlados por ella y habitar el reino de la devastación.
Mi mantra personal es...recuerda que esto es una historia de amor.
RSB