Los mayas consideraban los procesos universales -la respiración de la galaxia- como algo cíclico que nunca cambia. Consideraban que lo único que cambia es la conciencia del hombre que pasa a través de ellos.
Cuando era niña me asustaban las noches de viento huracanado. Oír el silbido del aire colándose por las rendijas de puertas y ventanas y sentir la vibración de los cristales como si en cualquier momento fuesen a estallar en mil pedazos. Tenía miedo de que la estructura de la casa se viniese abajo.
Hoy vivo ese mismo aire huracanado y escucho cómo me habla a través de los árboles, cómo me eleva, cómo me sacude...cómo me acaricia. Hoy me doy cuenta de que precisamente lo que me sobraba...era...la estructura de la casa.
RSB
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