Los alquimistas sabían apreciar el proceso de corrupción y decadencia. Sabían que es a través de ese proceso de ruina como se revela el Alma. El desmoronamiento y la entropía son tan importantes para la vida como el crecimiento y la expansión...un tejido donde la disposición de cada hebra afecta a la otra. Es en las ruinas donde se celebra la vida y encontramos la esperanza.
"La espada alquímica -dice Jung- es una que mata y vivifica". (Thomas Moore)
Pero a pesar de que la Naturaleza, nuestra naturaleza, nos habla de todo esto de forma insistente...la gran mayoría de seres humanos se empeña en "seguir las instrucciones de IKEA" creyendo que así nos elevaremos por encima de la muerte y el sufrimiento y como en una onda expansiva de una bomba atómica, un ascensor nos propulsará directamente a la vibración que cada uno considere la de la felicidad, la paz y la armonía.
Afortunado aquel que "ya se vive en el Reino de los Cielos" porque a su alcance estará siempre...el Arbol de la Vida.
RSB