NOCTURNO
Por doquiera que mi alma
navega, o anda, o vuela, todo, todo
es suyo. ¡Qué tranquila
en todas partes, siempre,
ahora en la proa alta
que abre en dos platas el azul profundo,
bajando al fondo o ascendiendo al cielo!
¡Oh, que serena el alma
cuando se ha apoderado,
como una reina solitaria y pura,
de su imperio infinito!
JUAN RAMON JIMENEZ