Quienquiera que haya experimentado la posibilidad de "morir" pone a prueba todas sus relaciones importantes. ¿Quién comparte su dolor?¿A quién le afecta de verdad la posibilidad de que no regrese de su descenso, que no sobreviva a la ordalía y recupere la salud?¿A los amigos, los allegados, el cónyuge?¿A quién le importa realmente?. Inanna actúa impelida por la facultad de discernir los sentimientos que los demás abrigan hacia ella y por la conciencia de lo que para ella representan. Ejerce el poder del que se ha visto investida en el inframundo: puede experimentar ira, desatar a los demonios y elegir quién será desterrado de su vida y quién permanecerá en ella.
(...) Recuperar partes de nosotros mismos que reprimíamos cuando no gustaban a los demás tiene que ver con convertirnos en una persona íntegra dotada de un amplio espectro de emociones, con capacidad de discernir y escoger, y de expresar lo que sentimos y actuar de acuerdo con ello. Como resultado, aprendemos a confiar en lo que nos es válido o propicio.
(...) El dolor y la rabia de no ser amada y apreciada por sí misma quedan relegados fuera de la conciencia, junto a las emociones, las aptitudes, las ambiciones y los sueños que no resultan afines a su persona. Cuanto ha sido negado y reprimido en su mente permanecerá vivo en los infiernos, encarnado en la figura simbólica de la doliente Ereshkigal.
Jean Shinoda Bolen. El sentido de la enfermedad. Un viaje del alma.
Ed Kairós